Curvas envidiables
Gracias a un descubrimiento muy especial en la Cueva de Postojna, los científicos cambiaron sus convicciones antiguas y precisamente aquí fue donde empezó a desarrollarse una nueva rama de ciencia. Todo por culpa de un pequeño escarabajo con trasero grande.
Escarabajo subterráneo
En septiembre de 1831, 13 años después de haber descubierto las partes más bonitas de la Cueva de Postojna, Luka Čeč llegó a otro descubrimiento minúsculo, pero de gran importancia.
En una concreción calcárea debajo de la Montaña Grande encontró un pequeño escarabajo de color marrón. Čeč no sabía qué animal era, pero presentía que se trataba de un descubrimiento importante, por eso sacó el escarabajo de la cueva y llevó a enseñarlo al conde Francisco José von Hochenwart que justo estaba preparando la primera guía impresa para la Cueva de Postojna. Él se encargó de que el escarabajo acabara con la persona adecuada, Fernando Schmidt, un gran conocedor de escarabajos que inmediatamente puso las manos en obra y así empezó la investigación.
La vida en la cueva
Hasta aquel paseo primaveral de Čeč se creía que no existía vida en las cuevas: ni animales, ni plantas. El descubrimiento del escarabajo Leptodirus hochenwartii refutó esa convicción. Nació entonces una nueva ciencia: la bioespeleología.
Nueva especie
Schmidt descubrió así el hallazgo de Čeč: sus piernas prolongadas y tentáculos llenos de pequeños pelillos (sensores). Escribió que el animal no tenía ojos pero sí un gran trasero, que parecía una especie de caparazón. Se trata de élitros pegados.
Schmidt se dio cuenta enseguida de que se trata de un animal propiamente cavernícola, o sea que solo vive en las cuevas. Se dedicó a describir las características peculiares de los animales cavernícolas y de sus adaptaciones a la vida en la cueva. Los científicos se quedaron encantados. Schmidt denominó al escarabajo con el nombre latino Leptodirus hochenwartii. También en latín Leptodirus significa «cuello delgado» y fue denominado así por la forma curiosa de su cuerpo. Tiene la parte trasera muy gruesa, el cuello delgado y las piernas muy finas.
Búsqueda de un nuevo escarabajo
Saliendo de la cueva, Čeč dañó al pequeño escarabajo y tuvieron que buscar otro. Schmidt hasta ofreció un premio para aquella persona que le trajera un nuevo ejemplar vivo del Leptodirus hochenwartii.
Luka Čeč murió en 1863, pero la nueva ciencia vino para quedarse. Pasaron 16 años hasta que encontrarían otro escarabajo, pero durante la búsqueda, los científicos descubrieron y describieron muchos otros animales y sus increíbles formas de adaptarse a la vida en la cueva.
Hasta el día de hoy fueron descubiertos 150 animales cavernícolas en la Cueva de Postojna, más que en cualquier otra cueva del mundo. La Cueva de Postojna es por tanto la cueva con más biodiversidad del mundo.