Conoce la Cueva Magdalena
¡Cueva Pivka, primer sifón, segundo sifón, bolsa de aire, tercer sifón, Cueva Magdalena! Así se puede describir en pocas palabras la histórica sumersión de los espeleólogos y la recientemente descubierta conexión dentro del sistema de la Cueva de Postojna.
Descenso: desde la superficie se puede acceder a la Cueva Magdalena por dos abismos verticales interconectados. El primer descenso está marcado por el exuberante color verde de los bosques, que rodean el abismo. Los primeros investigadores entraron en él en 1892.
A 15 metros debajo de la superficie se encuentra «el área de adaptación», el lugar en el que una brisita anuncia que siguen 1.395 metros de galerías, mientras la luz de arriba está luchando con la oscuridad.
Las esperas forman parte de la espeleología. Espera a los demás, espera y asegúrate de que esté seguro, espera que la verdadera aventura comience.
La última revisión de seguridad, el plan de ataque, uno o dos chistes...
... y ya estamos preparados para los últimos 45 metros. Todo nos llena de fascinación y algo entre miedo y respeto.
Bonita cueva Así suelen describir los espeleólogos la Cueva Magdalena de 89 metros de profundidad. Aunque pequeña, la cueva cuenta con ricas concreciones calcáreas, un paisaje fascinante y animales cavernícolas. Cautiva a los visitantes con galerías secretas y lagos con «dragoncitos». Pero no hay que subestimarla ya que también tiene su lado oscuro.
Imagínate la película «Alien, el octavo pasajero» sin todo lo que la hace «terrible», quédate solo con la naturaleza espectacular, virgen y mágica.
En el techo de la sala principal se puede observar una falla pronunciada, uno de los atributos más bonitos de la Cueva Magdalena. Techo, formado por colapso, está lleno de concreciones calcáreas. Poco a poco van ocultando las huellas de los sucesos que en el pasado causaron el colapso.
«... nunca antes habíamos visto
algo tan increíblemente bello y todos nos hacemos
la misma pregunta: ¿Estaremos soñando?»
É. A. Martel, "Les causses du Languedoc"
Así describió la Cueva Magdalena el padre de la espeleología moderna, É. A. Martel, después del descubrimiento de los nuevos caminos subterráneos del río Pivka, justo después de que en 1883 desembarcara de su bote famoso a la «playa» subterránea.
A pesar de que se haya investigado durante siglos, el extenso mundo subterráneo de la Cueva de Postojna sigue manteniéndose oculto y no completamente investigado. Sigue invitando a los investigadores a adentrarse en él y descubrir todos sus secretos.